La memoria contándole a la luz el sonido de la lluvia
Instalación sonora. 2 discos duros modificados, ampolleta incandescente, reproductor y amplificador de audio estéreo.
Museo de Artes Visuales MAVI UC (Junio, 2023)
Asistencia de montaje por Francisco Moraga
Edición de texto por Catalina Montero
La obra obtuvo el premio del público en concurso XVI Premio Arte Joven MAVI UC, siendo elegida por votación por l@s visitantes de la muestra en el primer mes de exhibición.
Texto de obra
Dos discos duros son ubicados alrededor de una ampolleta incandescente, enfrentándola. Los tres elementos, discos duros y ampolleta son sostenidos por cables de cobre, elemento que como dice Ingrid Wildi en “Arquitectura de las Transferencias” (2017), no sólo conecta a los aparatos electrónicos, sino que también los constituye. El disco duro y la ampolleta son elementos de larga distancia cronológica. La ampolleta es uno de los primeros objetos a través del cual se demostraron los principios de la electricidad. El disco duro es uno de los aparatos de almacenamiento y reproducción de memoria más reciente. Ambos se dirigen hacia la obsolescencia. Mientras la ampolleta incandescente es reemplazada por la tecnología LED, mucho más barata y eficiente, el disco duro es reemplazado por dispositivos de estado sólido, los que carecen de piezas mecánicas y utilizan pequeños transistores para almacenar la información. Ambos llevan en sí la inminencia de la desaparición, expectantes a las nuevas tecnologías que traerán posibilidades que a éstos aparatos se les escapan y que el progreso global necesita. Más eficiencia, más velocidad, menos tamaño y menor ruido.
En un gesto poético-material, los discos duros son modificados para cumplir otra función. Ya no almacenan memorias, sino que a través de la vibración de la aguja sobre su espejo transparente se convierten en parlantes. El sonido que genera cada una de las piezas es el registro de una de las últimas lluvias de Santiago, ocurrida un 3 de septiembre de 2021, finalizando la temporada invernal. En poca fidelidad, ambos discos duros intentan reconstruir el relato sonoro de lo que fue esa lluvia, tensionando la relación entre el progreso, y el impacto que tiene la producción tecnológica sobre la atmósfera. No es posible que un aparato que no fue diseñado para reproducir sonido genere una buena experiencia sonora de la lluvia, así como tampoco es posible que un aparato de registro y reproducción cualquiera se acerque mínimamente a la experiencia de la percepción. Es una lluvia torpe, que no deja charcos.
En la época del capitalismo tardío y su velocidad, digitalización y crecimiento exponencial, no alcanzamos a notar la densidad material que hay detrás de las tecnologías de la información y comunicación. Cada año la lluvia en Santiago es una vivencia más escasa. Quizás en el futuro, la experiencia de la lluvia no sea más que una memoria guardada en el cobre.
Foto: Karina Fuenzalida
Prensa